
El Super Bowl no es solo el evento deportivo más visto del año en EE.UU., es el mayor escaparate publicitario del planeta. Cada edición reúne a más de 100 millones de espectadores, lo que lo convierte en una oportunidad de oro para marcas que buscan impacto masivo, posicionamiento global y conexión emocional con audiencias diversas.
Este 2026 (sí, ya se confirmó), Bad Bunny será el artista encargado del show de medio tiempo. Y eso no es cualquier cosa. El puertorriqueño no solo es uno de los artistas más escuchados del mundo en Spotify, también es un ícono de moda, cultura pop y una marca por sí mismo.

¿Por qué importa esto en términos de marketing?
Porque el Super Bowl es una clase magistral de estrategia de marca en vivo. Combina:
–Emoción y espectáculo: El medio tiempo es un fenómeno cultural que traspasa el deporte.
–Campañas integradas: Desde teasers, spots, acciones digitales hasta activaciones en vivo.
-Audiencias segmentadas: Marcas pueden conectar con nichos muy específicos a través de creatividades bien ejecutadas.
Y este año, con Bad Bunny en escena, el alcance se multiplica. Su base de fans cruza generaciones, idiomas y culturas. Es joven, latino, disruptivo… y eso abre un universo de posibilidades para las marcas que quieran subirse a la ola.
Dato relevante:
Durante el Super Bowl LVIII, un solo spot de 30 segundos costó alrededor de 7 millones de dólares.
¿Por qué las marcas lo pagan? Porque la exposición, conversación y engagement que generan pueden valer mucho más si la ejecución es correcta.
¿Qué pueden aprender las marcas de este tipo de eventos?
- El momento lo es todo. Saber cuándo y cómo aparecer puede ser más valioso que estar presente todo el año.
- El entretenimiento es una vía poderosa de conexión. Las campañas más memorables suelen emocionar, divertir o sorprender.
- La cultura pop vende. Asociarte con figuras que representan algo más grande que ellos mismos (como Bad Bunny) puede llevar tu marca a otro nivel.
¿Tu marca está lista para su propio medio tiempo?
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